lunes, marzo 10, 2008

El baúl de la abuelita

 


Recién aprendí lo que significa el término "el baúl de la abuelita". Como llegué hace poco de vacaciones, intentaba poner orden en mi casa y hacer espacio. Nunca antes me fue tan difícil. Antes de pensar en donar o tirar algo, me detenía a pensar en mis nietos. ¿no le hará falta a Víctor (seis años, primero básico)? ¿o a Daniela (1 año) cuando tenga que disfrazarse para el jardín (aún no lo pisa, claro está)? (Nótese que ya pienso en mi ropa como aditamento carnavalesco!). Y de repente me di cuenta de lo divertido que era esto. Claro, estuve todo el verano con ellos y quedé transmitiendo en esa onda casi exclusivamente.
Así que hubo objetos varios que logré ubicar en alguna parte pensando en meterlos luego en un baúl de uso futuro. El baúl de la abuelita. Y me encantó la idea. Ellos ya tienen en nuestra casa de Peñalolén sus cajas con juguetes. Pero el baúl tendrá que ser un poco misterioso, con acceso restringido, una o dos veces al año o como premio de repente! Con mi nieto empecé un juego de inventar un cuento a dúo y ahora me tiene loca porque me persigue para que sigamos con nuevos capítulos del cuento que cada día es más disparatado y de cuyo inicio apenas me acuerdo yo, pero él retiene mágicamente. Yo hasta había olvidado (!) el nombre de uno de los personajes pero él lo retuvo (Ternerito) y lo situó sin problema junto a Cachorro de Puma. Daniela entretanto no puede competir en historias, habla apenas con monosílabos o dípticos? y señala con su dedo y un ah! lo que le interesa mostrar, que suele ser, en este orden: perros, o árboles.
Bueno, quise reinaugurar mi blog con esta disquisición generacional antes que me atrape del todo el mundanal ruido y el blog se llene de las urgencias que están tocando mi puerta. Me resisto a abrir. Y hoy estoy particularmente pegada en la carita entristecida de una joven, la hija de una amiga querida, que acaba de perder a su abuela y está desolada. Y aunque ella está contenta de haber estado junto a María Josefina de Jesús, hasta el final, seguramente elegirá recordar a su amada abuela en el calor del hogar, cuando jugaban, conversaban y bromeaban. La abuela había confesado que no quería que la muerte la encontrara sola. Allí estuvo su nieta, allí estuvieron su hija e hijo más queridos. Bromeó con ellos antes de expirar. Quizás en un tiempo más, Daniela, la hija de mi amiga (coincidencia de nombres con mi nieta, sincronicidad?) irá a rebuscar en el baúl de la abuela el olor de su infancia y el calor de las caricias idas.
Posted by Picasa

No hay comentarios.: