sábado, enero 31, 2009

"A mí me torturaron" acusa Elena Varela


Comparto aquí la entrevista (exclusiva) que hice a Elena Varela -junto a Silvia Quiroga, que tomó la foto y Alian Gedda que grabó en video nuestra conversación - en agosto de 2008. Nunca me dieron autorización para entrar a la Cárcel de Alta Seguridad de Rancagua...pero hablé con ella sólo días después de que saliera de allí gracias a la enorme campaña internacional desplegada exigiendo su libertad.

A continuación el texto:


"Ahora en libertad diurna, Elena Varela (42 años, documentalista, directora de orquestas sinfónicas infantiles y madre) aceptó el 19 de agosto ser entrevistada por Punto Final. El juzgado de garantía de Rancagua había denegado el pedido. La cineasta aún no recupera las cintas originales de “Newen Mapu Che” y “Los Sueños del Comandante”, incautadas por la policía. Formalizada por supuesta planificación de un asalto bancario, en un caso denunciado como un montaje para censurar las luchas del pueblo mapuche, sólo en varios meses más conocerá ella la fecha de su juicio oral. De cabello negro y rizado, ojos luminosos, blusa negra, y jeans, sólo la risa muy breve de Elena, y su voz, que se quiebra a menudo, evidencian lo vivido.

¿Tres meses y medio en la cárcel de alta seguridad de Rancagua han cambiado a Elena Varela ?
“En términos emocionales, estoy en estado de shock con esta democracia, la justicia y sus aparatos represores. He visto la columna vertebral del sistema. Pero siento que tengo que seguir adelante con la denuncia de lo que está ocurriendo con el pueblo mapuche y terminar mis documentales. En mí hay al mismo tiempo mucho dolor, y mucho amor. Y felicidad, porque hay mucha gente solidaria y consciente de lo que se vive en el sur y de lo que yo he tenido que pasar. Todos podemos estar involucrados en una situación así y vivir una represión igual. Yo creo que este país va camino a la derecha nuevamente y sabemos bien por la historia lo que esto significa.”

Hay querellas por tortura contra el fiscal Servando Pérez y otros en el Juzgado de Garantía de Rancagua. Pero según la agencia Efe usted “reconoció” que no hubo tortura.
“La periodista de EFE me preguntó: ‘¿Te pegaron?’ Y como dije que no, resolvió que no fui torturada. Los periodistas chilenos reducen la tortura a la aplicación de corriente. Hoy es más sofisticada. A mi me detuvo gente de civil sin identificarse, sin dejarme a ir a buscar mi chaqueta, cartera, ni nada. Me subieron a un auto con vidrios polarizados, junto a otros ocho autos sin logo alguno. Me encañonaron y esposaron y comenzaron el interrogatorio. A mi lado, un señor bonachón trató de seducirme para que yo cooperara diciendo quiénes estaban en unas fotos. Luego subió otro diciendo que si no, mi hija iba a sufrir las consecuencias. Lo reemplazó el simpático: ‘Tranquila, todo va a salir bien, t si cooperas, en la tarde estarás en tu casa’. Y así todo el rato. A mi casa ingresaron dos hombres con pasamontañas, que sacaron al director de arte del documental –mapuche- y al lonko de Trikauko. ¡Yo me acordaba de lo que pasaba en dictadura! Ahora ellos dos me han contado que en el lago, les preguntaban sólo acerca del movimiento mapuche, y las armas. Nunca los interrogaron sobre mí. Después sacaron al director de fotografía, Freddy Hayes, boliviano. Así detuvieron y ficharon a cinco miembros de mi equipo.
Quedé aterrada cuando me di cuenta que los agentes tenían micrófonos en mi casa. El día que me detuvieron, sabían que nos tomamos una botella de ron antes de partir a la filmación, y los temas que hablamos sentados en la mesa con otras personas…
En el auto, me empezaron a decir que yo conocía a los líderes del MIR, del Frente y de la Coordinadora Arauco Malleco y que tenía que llevarlos al lugar donde estaban las armas. Cuando llegamos al Colegio Claudio Arrau de Panguipulli, donde yo dirigía la Orquesta Sinfónica Intercultural de Niños, me dijeron que tenía que bajar, abrir las cajas de instrumentos uno por uno y declarar públicamente que yo escondía las armas ahí.
Yo respondí: ‘Basta, yo no me bajo’. Y ellos me decían que tenían órdenes para hacer eso. Los niños se amontonaron mirando. Los agentes me tiraron abajo del auto. Yo tenía miedo. Y les dije: ‘Si quieren que entre, será pasando sobre mi cadáver, porque yo dejé mi corazón ahí y no voy a entrar”. Me agarré a las ruedas del auto hasta que el jefe ordenó que entraran solos. Supe después la reacción de la gente. Panguipulli quedó aterrorizado. Luego me llevaron al cuartel de investigaciones de Temuco. Con otros detenidos, estuvimos como hora y media contra la muralla. Después me llevaron a Rancagua. Me metieron a una sala con unas pantallas gigantes de televisión. Los agentes estuvieron fumando, comiendo sándwichs y tomando bebidas toda la noche. Yo no había comido ni bebido nada desde las 9 de la mañana, en que fui detenida. Estaba tan cansada que me dormí. A las dos de la mañana me sacaron a interrogatorio, y a tomar las huellas más otros chequeos en la noche, hasta las 9 de la mañana, que enfrenté la formalización. Recién ahí me enteré oficialmente de las acusaciones.”

Limitando la defensa
¿Cómo supo que la vinculaban con un asalto?

“Cuando me bajaron del auto en Temuco, los camarógrafos de la zona corrieron a filmarme. Me conocían porque salía a grabar con ellos. Me preguntaron por qué me detenían y respondí: ‘Por los documentales y mi relación con el pueblo mapuche’. Uno de ellos me me dijo ‘Te están deteniendo por un asalto”.

¿Qué hizo la jueza en la formalización?
“La jueza, Andrea Urbina, no me permitió hablar. Cuando empezaron yo me di cuenta que esas acusaciones no tenían nada que ver conmigo. Ella no dejó entrar al abogado que mandó mi familia; aunque se supone que era un procedimiento público, todo el ingreso al tribunal estaba cercado, mi familia tampoco pudo entrar.”


¿Considera que le aplicaron la ley antiterrorista también?
“En términos prácticos sí. El fiscal dijo que había una asociación ilícita entre encargados culturales de Chile. Para mí eso era ciencia ficción pura. El hizo una construcción del MIR con el Frente Patriótico, el movimiento Lautaro, y el conflicto mapuche, de relaciones políticas entre esos grupos. Y después de esa construcción, ¡resulta que ese montón de gente estábamos detenidos por un asalto!”

¿Y las pruebas?
“Se han rebatido casi todas ya. El material subversivo que según el fiscal yo manejaba eran las banderas del MIR y las armas de fantasía del documental, y en el montaje de prensa agregaron armas de ellos. Para el fiscal, el material escrito del MIR y del movimiento mapuche y de grupos como la CAM de mi investigación eran un tema delictual, pero sucede que en realidad su análisis es un constructo histórico- político y militar de los movimientos sociales en el sur de Chile, que busca ver cómo se cruzan estos.”


Qué piensa de la justicia y de esta policía en democracia?

“Las cosas no han cambiado. La ideología es la misma pero en la justicia hay una caracterización modernista. El fascismo está en comunión ideal con la nueva democracia. En este juicio hablan mucho del ex MIR pero lo reconstruyen como que está vivo. Y yo me pregunto, si ellos hablan así, entonces el MIR existe, pero le llaman ex MIR. Y con ese razonamiento, igualmente, hay una ex CNI con otro nombre, que persigue al ex MIR.”

¿Qué hechos ocurridos en Chile han sido decisivos en su formación?
“Tenía siete años cuando vino la dictadura y se acabaron mis juegos en la calle, y comencé a ver la persecución y el dolor. En los años 84 y 85, cuando estudiaba en el Pedagógico viví los momentos más fuertes y dolorosos porque conocí la represión junto a mucha gente que murió, como Jecar Neghme y los hermanos Vergara.”

¿Por qué ha elegido trabajar con niños?
“Pienso que del trabajo con ellos puedan salir los nuevos pensadores para una sociedad más justa. No podemos construir una sociedad distinta sólo con los medios o con las marchas… Entre 1993 y 1999 hicimos en Maipú una hermosa experiencia independiente: la Escuela de Todas las Artes, con la Agrupación de Niños, una orquesta sinfónica, danzas, y todas las expresiones artísticas. En Pucón, el 2004 formé una Orquesta Sinfónica de Niños. En Panguipulli, yo quería gestionar la orquesta intercultural, que empezó el 2007, para que llegaran niños de todos los sectores rurales. La municipalidad estaba dispuesta a hacer una mesa redonda con los empresarios para financiarla, pero ellos no querían dar dinero si la orquesta tenía niños mapuche. Porque esos empresarios son los mismos contra los que ha luchado el pueblo mapuche, son los dueños del país, los que dirigen todos los medios y en la nueva región están a cargo de controlar las movilizaciones mapuche.”

El comandante Pepe
¿Y cómo nace “Sueños del Comandante”?

“En las conversaciones con los empresarios, ellos me dijeron que en la futura Corporación Cultural no debía figurar el alcalde Alejandro Kohler (PS) ‘porque su familia había sido amiga del Comandante Pepe’. Allí empezó todo, quise investigar. Tuve que hacer un trabajo psicológico - social para poder grabar a la gente, debido al miedo. Supe que José Gregorio Liendo llegó el año 63 a la zona enviado por el MIR, y conocí la historia del Complejo Maderero de Panguipulli constituido como un movimiento campesino independiente. Ellos sostenían sus ideas con un idealismo tan potente, estaban dispuestos a morir luchando. Su energía social irradia tanto que me hacía llorar... Esa historia sólo está en la conciencia colectiva y la expresión oral del pueblo y es lo que me hizo ir con la cámara y buscar y buscar y buscar. El síndrome colectivo de no poder recordar es lo que yo más destaco en “Los sueños del comandante”, que se llama así porque esos sueños retornan el año 81 cuando un grupo–entrevisté a sobrevivientes- vuelve a armar la guerrilla.”

¿Y Newen Mapu Che?
“Ha sido un trabajo super largo y difícil, que pasa también por la empatía con la gente y por el pueblo. Los reprimidos no quieren hablar, porque saben que los periodistas cooperan con los sistemas de seguridad, tienen mucho miedo porque están perseguidos por la ley antiterrorista. El año 2007 gané el Fondo de Fomento Audiovisual 2007 de la Región de la Araucanía para “Newen Mapu Che”, y creí que ya no nos iban a perseguir más, porque yo temía antes que me podían quitar las filmaciones que tenía, en momentos en que había mucha represión. También tenía miedo a ser perseguida, porque la gente mapuche, mis entrevistados, no han podido descansar de la represión. Primero, antes de la aplicación de la Ley Antiterrorista se ejecutó la Operación Paciencia, listando los que iban a ser detenidos, perseguidos y monitoreados. Pero el año 2003 y 2004 los que apoyan van aumentando esa lista. Sé que estoy en las nuevas listas de investigaciones ( ríe).

En una denuncia de la Comisión Etica Contra la Tortura, usted figura en la lista de las presas políticas mapuche. ¿Cómo le resuena eso?

“Si fuera así …. (calla, se emociona), me siento orgullosa, porque finalmente logro sentir este dolor de ellos, estas ganas de existir como pueblo. Los mapuches luchan por el ecosistema, la naturaleza, por su cultura. Su cosmovisión es mágica, se liga a su manera de vivir, y son consecuentes. Eso es lo que falta en Chile. Y esa sensación me hace sentir mucho amor por la causa mapuche. Ojalá se fuera mucha gente para el sur a ayudar, no sólo en sentido político sino cultural y social.”

¿Cuándo nace su interés por el tema mapuche?
“El año 2003 estudiaba dirección de orquesta en Alemania, y asistí a un foro en Berlín sobre racismo. Una alemana sostuvo que en Chile había mucho racismo, lo que me sorprendió mucho. Yo tenía otras críticas sobre la democracia chilena, pero allá descubrí que también al sur de mi país hay otro pueblo. Regresé y empecé a crear lazos. Comencé haciendo un registro sonoro sobre la música mapuche y así me fui involucrando más con su historia y el atropello a sus derechos, la perseverancia de su lucha, las reivindicaciones de tierras, y su derecho a existir.”

¿Cómo llega desde la música al cine?
“El año 91, al inicio de la transición, formamos el colectivo Ojo Film. Yo quería trabajar con niños. Me gustaba la idea de hacer películas infantiles. Eso me llevó a estudiar cine. No he seguido una carrera formal pero me considero una suerte de autodidacta profesional, formada inicialmente con los seminarios que daba ARCIS. En el Festival de Guiones en La Habana, fui seleccionada el 2003 con el guión del largometraje ‘El pueblo de los Niños”.

¿Qué consecuencias ha tenido su detención para su hija América?
“Ella sabe muy bien quién es su madre. Pero es doloroso que escuche como la prensa oficial pinta a su mamá como delincuente. Ella se enteró de mi detención por las noticias, y todo esto le produjo un daño sicológico muy fuerte que hay que tratar de revertir.”

¿Qué piensa del movimiento que se gestó a raíz de su detención?
“Al ver la campaña en Internet, lloré. Quiero dar las gracias a todos los que han solidarizado, a los audiovisualistas y a los artistas en general, y aún a los que estando en el gobierno, donde todo está bloqueado y negociado, me apoyaron. Yo trataba de hacer Newen Mapu Che para que la gente se despertara. ¡Qué bueno que eso ha golpeado fuerte al corazón de las personas, porque desde el corazón hay que partir para cambiar las cosas!”

Santiago de Chile, 19 de agosto de 2008

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